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La bruja de Salem

Vacía

No sé qué me pasa. Otra vez estoy igual, pero ahora peor. Camino por la calle, me quedo embobada mirando la luna mientras saco las llaves del bolsillo, y entonces me paro. Tal vez haya seguido andando, no lo sé. Un auricular en la oreja y un nudo en la garganta. Y todo el firmamento sobre mí, aplastándome, recordándome día tras día y noche tras noche el sinsentido de mi vida. Podré desear, querer y amar lo que quiera, y a quien quiera, pero no soy yo la que maneja los hilos de toda esta mierda que se hace llamar vida. Cada día tengo menos consciencia de lo que hago, cada día me siento un poquito menos libre, cada día, cada día... Pero los días se van y yo me quedo aquí, luchando incansablemente por sonreír, aunque lo que más desee sea gritar, dejar de fingir, dejar de hundirme en la miseria de mis días insulsos que poco a poco me corroe el alma y me lleva a la muerte...

Me siento como Amy Lee en el clip de Everybody's fool, cuando se mira al espejo e intenta sonreír...

3 comentarios

E -

No sé si es algo bueno...

Bru -

Qué suerte, yo cada día me entiendo menos...

E -

A veces te entiendo tanto...

Un abrazo, señorita