Las brujas no lloran
Todo es muy difícil. Es difícil asimilar en cinco meses que te gustan las tías, es difícil asimilar también que te has enamorado de una amiga, y que estás celosa del tío con el que se esta liando delante de ti. Es difícil contárselo a los amigos, muy difícil. Pero no es lo más difícil.
Es difícil ir a clase cada día temiendo que en cualquier momento la rubia de delante se mosquee, se de la vuelta y me meta una ostia porque se ha dado cuenta de que la he mirado (sólo un poquito) el culo, realmente difícil. Aunque eso no es del todo difícil.
Difícil es recordar mi infancia, llena de críos crueles y sin compasión que supieron que era bollera antes que yo y que no hacían otra cosa más que recordármelo. Tuve una infancia de mierda.
También fue difícil llegar a 4º de la ESO con un profesor que se tiraba clases y clases enteras (profesor de Ética) debatiendo y tirando por tierra mis ideas, mis opiniones de vampirita no-reconocida pero a la que ya le dolían ciertas cosas. Eso sí fue difícil, y llegar a casa con un suspenso en Ética por lesbiana. Y eso que no lo sabía...
Y lo que es peor: es horriblemente difícil aguantar a mi familia, que cada vez me recuerda más al tan temido por todas las brujas medievales Tribunal de la Inquisición, cuando empiezan con sus comentarios homófobos. Me da la impresión de que en cualquier momento alguien me va a señalar y todos se me van a echar encima.
Joder, qué difícil es ser lesbiana (más que bruja).
2 comentarios
jorge -
E -