Micro-movidas brujiles de una empanada mental. Capítulo I
-Estupendo. Agarra Ella y me dice (después de haber jurado y perjurado sobre mi tumba que iba a olvidarme de ella al precio que fuera) antes, cuando me ha llamado por teléfono: ya sabrás cómo es mi cama cuando vengas a mi casa. No necesito más comentarios para describir la cara que se me ha quedado. Y dudo mucho que haya sido cosa de malinterpretación, porque aunque pueda parecer que soy yo la que está un poquito salida (que no es cierto, yo estoy muy centradita y un par de piernas largas y una melena rubia no me afectan...) ella tampoco es ninguna santa, y de inocente tiene lo que yo de china mandarina.
-Me he pasado tooooda la mañana intentando buscar la manera de contarle a mis dos mejores amigas que soy lesbiana, casi me da un paro cardíaco de los nervios y al final no he hecho nada. Eso sí, no paro de lanzar indirectas a diestro y siniestro a ver si alguien se cosca ya (¡joderrr!), que sólo me falta preguntarles que si se vienen conmigo a la fiesta del Orgullo Gay...
-Hoy en clase me he enterado de que dos tías sí pueden tener un hijo con genes de las dos. Vamos, que serían sus madres biológicas, las dos, y no una y el esperma de un desconocido (o no). Veamos: se coge un espermatozoide, se le vacía (no literalmente, xD, se le saca el contenido genético), y se meten los genes de la susodicha en cuestión. Luego se fecunda el óvulo de la otra, y ya tenemos un gametito perfecto con dos mamás. La verdad es que ni siquiera creo que se haya hecho alguna vez, pero poderse (por lo visto) se puede...
-Sólo quiero dormir... y que el viento no golpee el cristal de mi ventana, ni la muerte replique con su tenue campana, sólo quiero dormir, arropada en mi cama...
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